José Manuel Revuelta, Country Manager de Enel Perú nos comenta como viene enfrentado la compañía sus operaciones durante la pandemia y el apoyo social que viene brindando.
La llegada del COVID-19 al Perú y sus consecuencias, nos ha planteado una serie de retos en diversos frentes de la compañía, desde la gestión comercial y financiera, hasta el área operativa, tanto a nivel de la generación de energía como de su distribución. Pero aún más importante ha sido el desafío que ha puesto a prueba nuestro compromiso frente a las personas: trabajadores, clientes y la sociedad en general. Consideramos que son precisamente las personas la razón de ser y el eje central de nuestra función como empresa, y es por ello que, desde el primer momento, tomamos la decisión de llevar a cabo una serie de acciones y brindar toda la ayuda posible para contribuir a la lucha contra esta pandemia, que ya viene afectando a más de 6.9 millones de personas en el mundo.
Desde que se decretó el estado de emergencia y la inmovilización social obligatoria en el país, Enel Perú asumió un firme compromiso tanto con las comunidades ubicadas en nuestras zonas de influencia, como con la población en general. Esto nos impulsó a sumarnos a los esfuerzos de la sociedad por derrotar el COVID-19 desde varios frentes: brindando soporte al sistema de salud, apoyo a las poblaciones vulnerables, y garantizando la continuidad del servicio esencial de electricidad para las personas.
Como punto de inicio, decidimos enmarcar todas nuestras acciones en la campaña denominada: “Que nuestra energía nunca se detenga”, cuyo propósito principal es contribuir a la lucha contra el COVID-19, pero también establecer alianzas e integrar a diversos actores para que se sumen a esta iniciativa y así, juntos, mitigar el impacto de esta enfermedad en varias regiones del país. Una de nuestras primeras acciones fue habilitar un fondo de 2.2 millones de soles, el cual incrementamos recientemente a 3.5 millones de soles. Este fondo ha sido utilizado para comprar materiales médicos, dispositivos de protección individual, agua y alimentos de primera necesidad para las poblaciones vulnerables en Lima y en las distintas localidades donde se encuentran nuestras plantas de generación eléctrica.
Siguiendo con la contribución al sector salud, Enel realizó aportes al fondo gestionado por la CONFIEP para la compra de material médico, y a la Universidad Peruana Cayetano Heredia para el desarrollo de un prototipo de ventilador artificial de bajo costo. Asimismo, hemos revisado y reforzado las redes que llevan energía a las instalaciones sanitarias críticas para la lucha contra la pandemia. Estamos destinando, por ejemplo, más de 300 mil soles para suministrar mayor potencia a los hospitales Sergio Bernales en Comas y al hospital de la Policía Nacional, Augusto B. Leguía, en el Rímac, con la finalidad de atender a más pacientes con COVID-19. A estas acciones se suman las que llevamos a cabo en Piura –una de las regiones más golpeadas por el virus-, donde entregamos balones de oxígeno al Hospital de Talara, junto con mascarillas N95, guantes, alcohol en gel, refrigerios y facilitamos los traslados del personal sanitario.
También en la región Piura, pusimos a disposición del Ministerio de Salud (MINSA) la movilidad del personal técnico desde el Centro de Salud Talara II, Carlos Humberto Vivanco Mauricio, hacia los principales asentamientos humanos del Cono Norte para que puedan trabajar en la prevención del contagio de este virus y otras enfermedades. Entregamos a la Municipalidad de Talara un contenedor para el control de tránsito de la localidad y donamos canastas de alimentos para la comunidad de Piedritas, así como 255 canastas para la población del Cono Norte. Adicionalmente, entregamos más de 1 700 mascarillas médicas para el personal del MINSA en la zona, además de guantes quirúrgicos y frascos de gel desinfectante.
En la sierra central, específicamente en el departamento de Junín –donde se ubican varias de nuestras plantas generadoras–, nos llenó de satisfacción que los 5 tópicos de atención médica que inauguramos en 2012 en los distritos de Monobamba y Mariscal Castilla aún continúan funcionando. En esta coyuntura, estos establecimientos cumplen una importante labor brindando a sus respectivas comunidades información sobre el coronavirus y cómo prevenir contagios, orientan en la atención de casos sospechosos y ofrecen asistencia psicológica. Además, se están atendiendo otras enfermedades como las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS) y Enfermedades Diarreicas Agudas (EDAS). En la misma región, en este caso en el distrito de Vitoc, ubicado en la provincia de Chanchamayo, hemos entregado canastas de alimentos que beneficiaron a 100 familias vulnerables y a los puestos de salud de esa misma localidad, y en el distrito de Uchubamba entregamos 70 dispositivos de protección individuales para evitar el contagio en aras de apoyar la labor del MINSA en la zona.
Todas estas contribuciones tienen como objetivo fortalecer la capacidad de los centros de salud a nivel nacional ante el incremento del número de pacientes que requieren cuidados especiales a causa del COVID-19.
El trabajo con organizaciones como Aldeas Infantiles SOS Perú, nos ha brindado la posibilidad de apoyar a más de 10 mil niñas, niños, adolescentes y jóvenes de zonas vulnerables del país durante la emergencia nacional. Nuestro aporte económico sirvió para comprar alimentos, productos de aseo personal y herramientas para que los niños y jóvenes puedan seguir su educación de manera virtual. Además, contribuimos con la iniciativa de la Municipalidad Metropolitana de Lima denominada “La Casa de Todos”, donde entregamos 150 canastas de comida, 150 kits de protección individual e inspeccionamos el estado del sistema eléctrico que abastece de energía a la Plaza de Acho.
Nuestros colaboradores también se sumaron a nuestras iniciativas para hacerle frente al COVID-19 en nuestro país. Lograron recaudar 100 mil soles como parte de una campaña interna de donación económica voluntaria, monto que permitió fortalecer las actividades que venimos realizando como empresa a nivel nacional. Las actividades donde se concentraron estos aportes fueron elegidas por los mismos colaboradores mediante una encuesta interna. Cabe señalar que dicho monto fue duplicado por Enel Perú para amplificar su impacto positivo en la sociedad.
Por otro lado, en Enel Perú estamos convencidos de que la tecnología y la innovación nos abren nuevas oportunidades de brindar soluciones interesantes, especialmente en momentos difíciles, es por ello que a través de nuestra línea de negocio Enel X decidimos poner a disposición de la Municipalidad Metropolitana de Lima 3 autos 100% eléctricos. Estos vehículos vienen siendo utilizados para el transporte del personal médico, donaciones y otras actividades necesarias en la lucha contra esta enfermedad. Las unidades estarán a disposición de la comuna capitalina durante el periodo que dure la emergencia sanitaria nacional y son recargadas en nuestras instalaciones ubicadas en el distrito de San Miguel, donde contamos con estaciones de carga o electrolineras.
La utilización de la movilidad sostenible, por medio de estos vehículos eléctricos, es para nosotros una gran oportunidad para mostrar que esta tecnología puede ser una realidad en nuestro país en el corto y mediano plazo, generando un circulo virtuoso de eficiencia y cuidado del medio ambiente. Además, genera ahorros, puesto que la energía eléctrica es hasta diez veces más económica que la gasolina o diésel. Indudablemente, se trata de una tecnología que mejora la calidad de vida de las personas, porque además no emite gases contaminantes ni ruidos molestos.
A este frente de apoyo sostenible en las áreas de salud, educación y bienestar de la población, se integran las medidas que adoptamos desde el primer momento del estado de emergencia, destinadas a garantizar la continuidad del servicio eléctrico a nuestros clientes, especialmente a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Desde Enel Distribución Perú, cuando inició la cuarentena, decidimos llevar a cabo solo aquellos trabajos de mantenimiento estrictamente necesarios para garantizar la continuidad de la operación hacia nuestros clientes, puesto que reconocemos la importancia de contar con el servicio eléctrico en estas circunstancias. Actualmente, a medida que la actividad económica se reactiva y la demanda energética crece, estamos retomando progresivamente y de forma muy focalizada los mantenimientos preventivos en aras de mantener en estado óptimo la red eléctrica, evitando así que ocurran fallas imprevistas.
Estos trabajos en campo los hacemos adoptando todas las medidas de salud y seguridad orientadas a minimizar el riesgo de contagio entre los operadores de campo, cuyo trabajo nos enorgullece y reconocemos públicamente, puesto que su labor anónima permite abastecer de energía a hogares y establecimientos que vienen luchando contra el COVID-19. Ellos cumplen una labor clave las 24 horas del día, los 7 días de la semana, adentrándose en los barrios y calles de la ciudad para solucionar cualquier inconveniente que se pueda presentar en la red eléctrica.
Adicionalmente, pensando en nuestros clientes, hemos habilitado una página web especial en nuestro sitio web principal donde pueden realizar consultas, trámites y pagos sin salir de sus casas, lo cual es fundamental para evitar la propagación del virus.
Desde la mirada organizativa, el confinamiento obligatorio ha planteado nuevos retos a las empresas en general, siendo uno de los más importantes el adaptarse a una nueva forma de trabajo, ahora desde nuestros hogares. El otro tiene que ver con cumplir nuevos protocolos de seguridad y sanidad para quienes brindamos servicios esenciales. En el primer caso, instauramos el trabajo remoto para el 100% de nuestros colaboradores “teletrabajables”, es decir, para todos aquellos que pueden cumplir sus labores a distancia y que son la enorme mayoría. De esta forma, mantenemos nuestra productividad cuidando la salud de nuestros trabajadores y usando eficientemente la tecnología. En tanto, aquellos colaboradores cuyas tareas las desarrollan en campo, siguen estrictas medidas de salud y seguridad, como uso de equipos de protección y alcohol desinfectante, antes y después de cada intervención, además del distanciamiento social y la organización de turnos para limitar el contacto.
Sin duda, la presencia del COVID-19 en el Perú y el mundo viene poniendo a prueba la capacidad de adaptación de todas las entidades del sector público y privado, inclusive forzándonos a acelerar nuestros procesos de transformación digital y a explorar nuevas maneras de seguir siendo eficientes. Pero, aún más relevante, interpela también nuestra capacidad de liderazgo y colaboración en la sociedad, bajo la premisa de asumir responsabilidades y compromisos frente a los demás. En ese sentido, estamos convencidos de que el retorno a una nueva normalidad y sus retos inherentes, deben representar un impulso para valorar la importancia de ser solidarios y conscientes del impacto que generan nuestras acciones en un mundo cada vez más conectado.